Recientemente los medios de comunicación se han hecho eco de la última estadística publicada por el INE sobre las causas de muerte en nuestro país, destacando que los grupos de enfermedades causantes de fallecimientos que más aumentaron respecto a 2007 fueron los trastornos mentales y del comportamiento y las enfermedades del sistema nervioso.
Las defunciones por trastornos mentales y del comportamiento aumentaron un 4,6% y alcanzaron los 12.879. El grueso de ellas se debe a la demencia senil o presenil. El resto, se trata de personas, algunas en riesgo de exclusión social, que abandonan sus cuidados. Algunos de ellos mueren, finalmente, por una neumonía, pero en su certificado de defunción consta que una enfermedad mental ha sido la causa. Son trastornos asociados al consumo de alcohol o drogas.
Debido a enfermedades del sistema nervioso hubo 17.432 muertes, un 4,2% más que en el año anterior. Destaca el alzhéimer, que causó 10.349 fallecimientos (el 69,6% de ellos correspondieron a mujeres). Las tres principales causas de mortalidad en España en 2008 por grandes grupos fueron las enfermedades cardiovasculares (responsables del 31,7% del total de defunciones), los tumores (26,9%) y las enfermedades del sistema respiratorio (11,4%).
Hemos hecho un estudio preliminar de los datos en la provincia de Cádiz, y llama poderosamente la atención el predominio de suicidas hombres sobre mujeres (90 sobre 25), el INE no precisa nada más que nos permita extraer conclusiones sobre este particular.
También se desprende el perfil del típico suicida como varón de entre 30-40 años; concentrándose la mayoría de los casos en esta franja de edades. El aumento de los casos de depresión, la crisis económica, el cambio en el estilo de vida, con predominio de las relaciones virtuales y aumento del aislamiento social, la falta de estabilidad familiar y laboral se pueden señalar como posibles causas del espectacular aumento de los suicidios en los últimos años.
En la medida que sean publicados nuevos datos iremos profundizando en el estudio de los mismos, lo que sí se puede afirmar es que España se va aproximando a las sociedades más "modernas" (véase nórdicas, norteamérica, Japón...) para lo bueno y para o malo. Es indudable que una intervención profesional en casos de crisis, depresión, adicciones y otras circunstancias es de crucial importancia para disminuir esta alarmante estadística. Un mejor acceso a los profesionales de la psicología en fases tempranas de trastornos del comportamiento pueden prevenir que muchos de ellos alcancen un trágico final.
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