El placebo podría ser el principal efecto de la homeopatía. Esta es una de las conclusiones que se extraen de un documento elaborado por el Ministerio de Sanidad que ha estudiado 139 terapias naturales y analizado las evidencias científicas que existen sobre ellas en España y en el extranjero. El informe, que podría ser un primer paso para regular este ámbito y delimitar qué técnicas aportan alguna ventaja para los que las usan, afirma que solo una parte muy pequeña de ellas tienen influencia directa sobre la salud y que, aunque se trata de técnicas más "inocuas" que las de la medicina convencional “no están exentas de riesgos”.
El informe presentado por Sanidad, en el que han participado expertos del Instituto Carlos III, el Ministerio de Educación y algunas comunidades autónomas, analiza algunas de las técnicas naturales más usadas en la actualidad. De la homeopatía asegura que no ha probado su eficacia “en ninguna indicación o situación clínica concreta” y que se hace difícil probar que los resultados favorables encontrados “sean diferenciables del placebo”. Aún así considera que los medicamentos homeopáticos, usados bajo supervisión de profesionales, son “seguros”.
La Acupuntura sale mejor parada en un informe que concluye que se trata de un tratamiento “relativamente seguro” y existen evidencias de que es efectivo “en náuseas, vómitos postoperatorios y aquellos inducidos por la quimioterapia” y también en cefaleas. Pese a esto no considera probado que al acupuntura sea efectiva en patologías como la fibromialgia o el dolor de espalda. También recibe buenas críticas, aunque se reconoce que la investigación científica está menos desarrollada, las terapias físicas y manuales: los masajes.
Más confort que salud
El estudio también concluye que las terapias naturales son tan heterogéneas y agrupan tal cantidad de técnicas que se hace difícil poderlas enumerar y delimitar. Con todo, el estudio afirma que solo una parte tienen “influencia directa sobre la salud” y que las restantes trabajan en el “bienestar y confort” del que las usa.
Por último, el documento advierte que, a pesar de tratarse de técnicas “más inocuas” que las usadas en la medicina convencional no escapan de los “riesgos” cuando las dirigen “personas no cualificadas”. En este sentido, el informe también denuncia que existen casos de personas que ejercen “sin titulación de formación ni cualificación profesional”.
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