El negarse a ir a la escuela aparece generalmente después de un período en el que el niño ha estado en la casa en compañía de su mamá o papá y se ha apegado a ellos, por ejemplo, después de las vacaciones de verano, de los días de fiesta, o después de una breve enfermedad. Puede también suceder después de un evento que le produzca estrés, tal como la muerte de un familiar o de una mascota, un cambio de escuela o una mudanza a un vecindario nuevo.
El niño se puede quejar de dolores de cabeza, de garganta o de estómago justo antes de la hora de irse a la escuela. La enfermedad se mejora cuando se le permite quedarse en la casa, pero reaparece a la mañana siguiente antes de ir a la escuela. En algunos casos, el niño se niega por completo a salir de la casa. Como el pánico surge al dejar la casa, y no por estar en la escuela, el niño por lo general está tranquilo una vez que está en la escuela.
Los niños con un temor irrazonable a la escuela pueden:
- sentirse inseguros si se quedan solos en un cuarto
- demostrar apegamiento excesivo en su comportamiento
- demostrar una preocupación o temor excesivo acerca de sus padres o de que puedan hacerse daño
- ser la sombra de su madre o de su padre en la casa
- tener dificultad para dormirse
- tener pesadillas
- tener un temor exagerado a los animales, monstruos y ladrones
- temer quedarse solos en la oscuridad
- pueden tener rabietas severas cuando se les obliga a ir a la escuela
Cuando los temores persisten, los padres y el niño deben de consultar con un profesional de la salud mental capacitado, quien trabajará con ellos para desarrollar un plan para hacer regresar de inmediato al niño a la escuela y a otras actividades. Los niños mayores o los adolescentes que se niegan a ir a la escuela padecen por lo general de una enfermedad más grave y a menudo requieren un tratamiento mas intensivo.
El miedo irracional y el pánico de dejar la casa/padres e ir a la escuela se puede tratar con éxito.
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