30 DE NOVIEMBRE
DIA INTERNACIONAL DE LA LUCHA CONTRA LOS
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Los trastornos de la conducta alimentaria cuentan con dos días en el calendario. El 2 de junio se reconoce como el Día Mundial de la Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria mientras que el 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra los TCA.
En ambas jornadas se pretende llamar la atención sobre estos trastornos psicológicos para contribuir a su prevención y promover un tratamiento adecuado. Además de visibilizar estos problemas, durante el Día de los TCA también se proporciona información veraz que contribuya a erradicar mitos y anime a las personas afectadas a pedir ayuda. Estas jornadas también reivindican la necesidad de destinar más recursos asistenciales a la lucha contra los TCA.
En los últimos años han aumentado los casos de trastornos de la conducta alimentaria, en especial a raíz de la pandemia, de manera que se están convirtiendo en un grave problema de salud pública en todo el mundo. De hecho, el Consejo General de Psicología de España estima que los trastornos de la alimentación afectan al 4,3 % de los adolescentes y jóvenes de entre 12 y 21 años. En España se calcula que hay alrededor de 400.000 personas que padecen algún trastorno de la conducta alimentaria, de los que 300.000 son chicos y chicas de entre 12 y 24 años., siendo la tercera causa de enfermedad crónica en la adolescencia.
Antes de ver como se puede ayudar a una persona con TCA, es importante entender qué es un TCA. Los trastornos de la conducta alimentaria son problemas psicológicos que se distinguen por un patrón persistente de alimentación poco saludable asociado a una angustia emocional, física y social.
La anorexia y la bulimia, caracterizados por una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, así como por una ingesta alimentaria inadecuada y el miedo a engordar, son los trastornos de alimentación más conocidos, aunque no son los únicos. El trastorno de atracones, por ejemplo, afecta aproximadamente al 30 % de las personas que padecen un TCA.
Dentro de esta categoría también se encuentran problemas como la pica, la rumiación y el trastorno de evitación o restricción de la ingestión alimentaria, aunque en estos casos la persona no presenta insatisfacción corporal y el deseo de perder peso.
Los trastornos de la conducta alimentaria a menudo cursan con depresión, ansiedad y abuso de sustancias. También suelen provocar un desgaste físico considerable. La anorexia nerviosa, por ejemplo, suele acompañarse de síntomas físicos como la desnutrición, fatiga, desmayos, ritmo cardíaco irregular y presión arterial baja. De hecho, en los casos más extremos puede conducir a la muerte.
Por desgracia, los síntomas de los trastornos de la conducta alimentaria suelen provocar vergüenza, por lo que muchas veces la persona que los sufre intenta ocultarlos y su diagnóstico suele ser tardío. En cambio, la detección temprana es un aspecto clave para el éxito del tratamiento.
Por esa razón, si sospechas que
una persona sufre un trastorno de la conducta alimentaria, es importante que no
minimices los síntomas ya que cuanto más tiempo pase, más graves serán las
consecuencias y más compleja será la terapia psicológica.
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